Vivir, es vibrar cada instante, ante
la emoción de percibir la maravilla de la creación de Dios que nos rodea.
Vivir, es entender que cada minuto
que transcurre no volverá!
Vivir, es saber dar lo mejor de
nosotros, es vibrar en la bondad y llevar a su máxima expresión nuestra
capacidad de ser.
Vivir, es aprender más cada día, es
gozar los momentos bellos y desafiarse a sí mismo ante las adversidades.
Vivir, es amar intensamente a través
de una caricia, es escuchar en silencio la palabra del ser amado, es perdonar
una ofensa, es sentir la presencia del otro, es besar con amor a quien nos ama.
Vivir, es contemplar apaciblemente la
alegría de un niño, escuchar al adolescente aceptando sus inquietudes sin
protestar, acompañar con gratitud la ancianidad en su soledad.
Vivir, es comprender al amigo ante la
adversidad y tener la capacidad de regocijarme ante sus triunfos y realización.
Vivir es sentir que nuestro existir
no fue vano y en la medida en que nos atrevamos a dar lo mejor de nosotros en
cada momento, logremos manifestar la grandeza de nuestra alma para amar.
Vivir es vibrar y sentir, es amar y
gozar, es observar y superar, es dar y aceptar, es comprender que nuestro
tiempo es lo único que poseemos para realizar plenamente nuestro ser.
Vivir es aprender a convivir con el
otro despertando su persona como obra de Dios. Vivir es mirar a Dios con
corazón abierto reconociéndolo como Señor y Rey.
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