La autora del libro “La cocina de la felicidad” Adriana Ortemberg, refiere que una buena alimentación permite un equilibrio optimo entre lo espiritual, emocional y corporal. Al respecto señalan los especialistas que los alimentos influyen en nuestros centros de energía (chakras) y, por ende, en nuestra conciencia, emociones y pensamiento.
Por ejemplo, el consumo de frutas en general influye en el cuarto de chakra (vinculado al corazón, al amor y la empatía). Las nueces, la linaza y el sacha inchi contienen ácidos grasos esenciales (omegas 3, 6 y 9), capaces de generar neurotransmisores que mejoran el estado anímico. Estos alimentos se indican en estado de depresión.
Por su parte, el cacao activa el cuarto, quinto (relacionado a la expresión artística y verbal) y sexto chakra (inteligencia y visión interior). Se deben consumir las semillas de cacao, pues son antidepresivas al contener magnesio, serotonina y anandamida. Estos dos últimos compuestos generan sensación de bienestar y felicidad. Las semillas de cacao se pueden licuar con leche de coco o jugos. La quinua negra se recomienda para la depresión y el nerviosismo ya que contiene litio. Además tiene lisina, que estimula las células cerebrales.
El aceite de coco tranquiliza la mente y las emociones. También se recomienda el consumo de palillo o cúrcuma como condimentos o en extractos porque da la pureza mental y limpia los canales energéticos del cuerpo. El tulsi, una planta aromática parecida a la albahaca y que se puede consumir en te, es otro alimento que no nos debe faltar, pues aporta claridad mental y bondad.
"Es hora de que disfrutes de una taza de café y que tengas un buen día…"
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