El alfabeto español se compone de solo 27 letras
(a, b, c, d, e, f, g, h, i, j, k, l, m, n, ñ, o, p, q, r, s, t, u, v, w, x, y,
z), y no de 29. Se han suprimido, pues,
la ch y la ll.
Desde 1994 se había acordado que las palabras que
comienzan con ch no se ubicarían aparte en el Diccionario, sino dentro de las
c, al igual que las que empiezan con la ll, que se colocan desde entonces
dentro de las palabras que comienzan con l.
Hay seis letras que reciben distintos nombres en el
mundo hispano hablante:
La b, (be) en lugar de be larga, be grande.
La v, (uve) en lugar de ve, ve corta, ve chica.
La w, (uve doble o doble uve) en lugar de doble ve,
ve doble o doble u.
La y, (ye) en lugar de i griega
La i, (i) en lugar de i latina
La r, (erre) en lugar de ere (este último nombre se
desecha definitivamente y el dígrafo rr se denomina ahora doble erre o erre
doble).
Ciertas palabras, como fie (de fiar), guion,
truhan, ion, vio, dio y fue, se
consideran monosílabas y por tanto, no se tildan.
Antes se escribía 9 ó 10 millones, hoy se debe
escribir 9 o 10, ya que con los teclados de computadoras se ha eliminado el
peligro de confundir la letra o con la cifra cero, de tamaño mayor.
Los términos
específicos geográficos, como océano, río, golfo, etc., actúan como
clasificadores, por lo que deben escribirse con minúscula, por ejemplo: océano
Atlántico, cordillera Central, lago Enriquillo, estrecho de Magallanes, etc.
Tratamiento, títulos, profesiones y cargos se escriben con minúscula (señor, don,
doña, licenciado, magistrado, general),
al igual que los días de la semana, los meses del año y los nombres comunes en
general seguidos de término específico, como tigre de Bengala, canal de la
Mancha, teorema de Pitágoras, etc. Solo será admisible el empleo con mayúscula
inicial cuando el tratamiento no es seguido del nombre propio de la persona a
la que se refiere (el Presidente viajó a Italia), pero el título deberá
escribirse con minúscula inicial cuando esté acompañado del nombre propio (el
presidente Leonel Fernández).
Las voces extranjeras deben sustituirse por las
grafías propias de nuestro idioma, bloc o bloque (en vez de block), coctel (en
vez de cocktail) y tique (en vez de ticket), cuórum en lugar de quórum, Irak
yCatar, en vez de Iraq y Qatar.
El español
rechaza la duplicación de consonantes, los préstamos de otras lenguas que
incluyen dos consonantes se adaptan al español reduciéndolas a una sola: adenda
(addenda), impase (impasse), brócoli (broccoli), escáner (scanner). La
escritura con la consonante repetida representa un extranjerismo crudo que debe
escribirse en cursivas (pizza, jazz), al igual que las expresiones procedentes
de otras lenguas que no se han españolizado (ballet) y las palabras extranjeras
que contienen sh (flash, show).
A decir verdad, la ortografía española actual es
esencialmente la misma que aprobó la Real Academia Española en 1815 en su
octava edición, cuando se simplificó notablemente la escritura eliminando los
dígrafos ph y rh, y el trígrafo chr,
entre otros cambios. Desde entonces escribimos física y no physica, ritmo y no
rhytmo, y algo revolucionario para la época: Cristo y no Christo.
Disfrutemos ahora de una deliciosa y aromática taza de café, revisando nuestra ortografía y debo agradecer a mi amigo Julio Loaiza, quien compartió conmigo esta información, muito obrigado Jubilo.
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